Despedida con honores para "Solitario George", la última tortuga gigante de una isla de Galápagos
Durante 40 años fue el símbolo del famoso archipiélago de Ecuador. Tras la autopsia, lo embalsamarán y colocarán en un museo. Murió el domingo, de viejo.
Murió de viejito. El tiempo lo consumió. "Solitario George", el último ejemplar de tortuga gigante de la especie Chelonoidis abingdoni y que en los últimos 40 años fue el símbolo de las islas Galápagos, tuvo muerte natural y será despedido con honores y recordado con mucho pesar en el archipiélago.
El domingo pasado, cuando fue a verlo, su cuidador Fausto Llerena notó que el quelonio, de más de cien años, no fue a recibirlo como siempre ni acudió a su llamado. Lo encontró muerto en su corral del Centro de Reproducción y Crianza de Tortugas, en la Isla Santa Cruz. Estaba en posición hacia el bebedero por lo que cree que "Solitario George" intentó tomar agua antes de morir.
"Es una pérdida grande para el personal, para el Parque Nacional Galápagos (PNG), para la provincia de Galápagos y para todo el mundo", remarcó Llerena, el guardaparques que cuidaba a "Solitario George" con tanto amor como si fuera su hijo.
Llerena, de 71 años, cuidó al tortugo desde 1983. La tristeza que tiene es tan grande que el hombre viste de luto mientras realizan los preparativos para embalsamar a "Solitario George" y colocarlo en el museo de la isla Santa Cruz donde vivía. Lo habían hallado en 1972 en la isla Pinta cuando se creía que su especie estaba totalmente extinguida.
El tortugo "Solitario George" fue encontrado muerto esta mañana en su corral de la isla Santa Cruz.
Al guardaparques se le llenan los ojos de lágrimas al pensar en el animal y cambia de tema para poder seguir la conversación. Cuenta que en el Centro de Reproducción hay 70 tortugas adultas y más de mil pequeñas, nacidas en cautiverio y con los mejores cuidados, aunque ninguna de ellas como "Solitario George".
"Lo cuidaba todos los días, lo alimentaba, hacía la limpieza" de su corral y algunos sábados o domingos "lo visitaba sólo para ver cómo estaba... Ahora ya no hay quien nos reciba en la puerta", comentó Llerena que, aunque sabía que este momento llegaría, nunca se preparó para ello.
"Me reconocía perfectamente, me seguía y cuando uno se ponía de pie, él también, alzaba el cuello y abría la boca, como que quería decir algo pero yo no le entendía", aseguró.
"La conclusión es que la muerte de "Solitario George" fue por causa natural, probablemente producida por envejecimiento", informó la Dirección del Parque.
Durante tres horas dos biólogos y una veterinaria examinaron su cuerpo y tomaron muestras de sus órganos y tejidos para analizarlos en laboratorio, con la presencia de un fiscal del medio ambiente. La única anomalía que encontraron fue que su hígado mostraba "una coloración fuera de lo normal", pero que también sería algo propio de la edad. Aunque no se sabe a ciencia cierta, los expertos calculan que "Solitario George" tenía más de 100 años.
Con su muerte se redujeron a diez las especies de tortugas gigantes terrestres de las Islas Galápagos, que recibieron su nombre precisamente por la presencia de estos animales.
Pero la partida de "Solitario George" no ha sido en vano. El tortugo ha dejado de herencia la esperanza de que sí es posible conservar el planeta.
Esa es una de las conclusiones a las que llegaron Llerena y Stuart Banks, director de la Estación Científica "Charles Darwin", con sede en el archipiélago.
En un mundo donde el hombre y su progreso han conquistado casi todos los espacios, la extinción de una especie natural es lamentable, pero es casi una tragedia "verlo con los propios ojos", comentó Llerena.
Para Stuart Banks, de la Estación "Charles Darwin", la muerte de "Solitario George" afecta en mayor medida a quienes estaban más cerca de él, aunque es una pérdida en todo el planeta, sobre todo en el mundo científico, que lo veía como un emblema.
"George era muy emblemático, pero hay un montón de otras especies que están amenazadas", señaló Banks, quien asegura que "es importante tener estos iconos" para continuar con el trabajo.
El tortugo supo atraer a científicos de todo el mundo a las Galápagos, ubicadas a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador y que son Patrimonio Natural de la Humanidad.
Por eso, Banks asegura que hay un "lado positivo" en su muerte: "Son todos los programas que se han llevado adelante para proteger y repoblar" de tortugas las diferentes islas del archipiélago.
También recordó que se hizo de todo para evitar la extinción de la especie de "Solitario George", a quien le pusieron, incluso, un harén a su disposición, con hembras de una subespecie muy similar a la suya. Pero los huevos de esas hembras no prosperaron, aunque el proceso alcanzó avances que sí lograron ayudar a otras especies.
Incluso, en 2003, se habló sobre la posibilidad de que "Solitario George" fuera clonado, cuando el científico inglés Ian Wilmut, conocido como "el padre de la oveja Dolly", visitó Ecuador.
Hasta ahora ese sigue siendo un debate en el mundo de las ciencias más vinculado con la ética que con la tecnología.
Por eso es que, para Banks, la muerte de "Solitario George" deja un mensaje claro: "Hay esperanza, se pueden tomar acciones necesarias para proteger el planeta. Eso sí es posible", tal como ha demostrado la repoblación de las tortugas gigantes y otras especies en Galápagos. "Todos tenemos que hacer algo para cuidar el planeta" y ese es el mensaje que nos deja "Solitario George".
A Llerena, el cuidador del tortugo, aún le queda una esperanza. Las concubinas de "Solitario George" están en periodo de desove y a más tardar en noviembre podrían darle al mundo una sorpresa.
Fuente. EFE
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