En el mar de la vida eterna nos convertimos en nube, luego en gota, en el recorrido de esa gota aprendemos, trabajamos, investigamos, hasta volver nuevamente a unirnos al agua del mar de la vida eterna.
Ese recorrido lo hemos hecho y lo haremos hasta que nuestro espíritu, encuentre en ese ir y venir el aprendizaje necesario para lograr su evolución. Justamente en ese camino de ida y vuelta todo es energía, aquella planta que cuidamos, aquella mascota que alimentamos, aquel árbol que protegemos, aquella piedra que recogemos y cuidamos, todo es energía y en nuestro camino eterno de la materia al espíritu, en cada partida y a cada llegada, nos están esperando, poco importa qué tipo de vida material han tenido en nuestro planeta, mineral, vegetal, o animal sus energías nos reconocerán y nos amarán, y si nuestro espíritu en su periodo entre vidas necesita fortalecerse, estarán ellos con su propia energía ayudándonos, y fortaleciéndonos, como lo hemos hecho nosotros cuando los teníamos a nuestro cuidado.
Como verán, el mundo tiene magia y es hora de comenzar a convertirnos en mágicos seres encarnados para entrelazar todas esas energías en una sola palabra, AMOR.
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