El miedo es un sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario. Todos, desde siempre, vivimos esa sensación. Lo confirma Claudio Plá, médico psiquiatra, director de Poder Volar, una entidad que ayuda a controlar fobias relacionadas con la indecisión de alzar vuelo. Para el especialista en trastornos de ansiedad y aerofobia, "el miedo es una emoción básica de transmisión genética. Nacemos con un premoldeo de miedos ancestrales, como el miedo a los extraños, los animales, la oscuridad, los truenos y las situaciones u objetos que no nos son familiares".
Durante el aprendizaje y en la adultez, los miedos se van instalando y, a veces, llegan al temor extremo. "El desarrollo de la fobia a volar comienza con malestar o temores vagos, pasa al miedo franco y luego a la evitación. En ese proceso se van sumando las noticias sobre catástrofes aéreas, de la naturaleza o de violencia terrorista, junto a modelos de alarma aprendidos en la infancia y al estrés personal. Las emociones negativas se potencian entre sí y la reacción de alarma puede llegar por una sobrecarga de tres emociones básicas: el miedo, la ira y las tristezas."
Está comprobado estadísticamente que el avión es el medio de transporte más seguro que existe, por lo que la sensación de peligro no se basa en la realidad. Frente a esos miedos, señala Plá, la organización Poder Volar (www.podervolar.org; 4805-3068), en cursos individuales, "utiliza un abordaje multidisciplinario, con toda la información sobre las medidas de seguridad y el desarrollo de los sistemas de información sobre meteorología. Paralelamente, trabajamos con ejercicios de respiración y relajación para controlar la ansiedad".
Miedo a tener miedo
Para Carlos Malvezzi Taboada, especialista en psicología clínica y director de la Fundación Gubel de Investigación, Asistencia y Docencia en Hipnosis (www.hipnonet.com.ar; 4785-4612), "el miedo radica en los riesgos y los fantasmas ligados a los accidentes, el miedo a la caída del avión, el vértigo. En algunas personas, predomina el malestar del encierro, la claustrofobia. Son sentimientos ligados al miedo a tener miedo, el pánico que retroalimenta el circuito del miedo. La idea de que ‘volar es sólo para los pájaros’ prevaleció desde la aparición del hombre hasta el surgimiento de los vuelos comerciales. El hombre no alcanzó a incorporar el espacio aéreo como ámbito del que podía disponer, y nuestro cerebro no termina de elaborar el concepto de volar".
El doctor Malvezzi Taboada recurre a la hipnosis para estos trastornos, como una psicoterapia a medida. "Al propiciar una relajación profunda mediante la comunicación verbal -sostiene-, la hipnosis genera estados receptivos que permiten el control de la ansiedad. Es un entrenamiento para afrontar las sensaciones de riesgo e indicar cómo reaccionar para evitar controlar el miedo.
Prepararse para el despegue
Las personalidades más expuestas al miedo a volar "pueden ser obsesivas, ansiosas, bipolares, depresivas de larga data, psicosomáticas, con dolencias orgánicas severas. En general, sufren de ansiedad anticipatoria, la dificultad para ceder el control, el temor por la incertidumbre, la rumiación de pensamientos catastróficos. Trabajos con ellos en cursos con la idea de que superen lo antes posible el problema", sostiene la licenciada Liliana Aróstegui, psicóloga de Alas & Raíces (www.alasyraices.com.ar; 4896-0882), entidad que ayuda a las personas con miedo a alzar vuelo en clases grupales, que incluye visita a un simulador de vuelos. "Cualquier persona puede desencadenar miedo frente a una experiencia que lo asustó o lo sorprendió en vuelo- agrega-. Los investigadores afirman que para que el miedo derive en fobia, como mínimo deben pasar nueve años."
El doctor Claudio Plá brinda conferencias con "Claves para recuperar la confianza en el avión y superar el estrés de vuelo". Más info: podervolar.pla@gmail.com; 4805-3068.
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