EL GOBIERNO EN LAS SOMBRAS
¿Quién en el mundo tiene el poder suficiente como para eliminar a un presidente de los Estados Unidos como John F. Kennedy o a líderes mediáticos como John Lennon, Marilyn Monroe o Lady Di y salir impune?
Aquí el texto donde JFK firmó su sentencia de muerte, conferencia dada unos días antes de su asesinato donde le pedía ayuda a los periodistas asistentes para informar al pueblo de lo que realmente estaba sucediendo en su país:
El último discurso que hizo John F. Kennedy frente a los medios de comunicación, titulado "El Presidente y la Prensa" para pedirles colaboración por lo que él estaba denunciando y a punto de denunciar. Lamentablemente ese discurso fue su sentencia de muerte. Todos los periodistas del mundo deberían escucharlo y recordarlo cada día.
"Damas y caballeros. La propia palabra secreto es repugnante en una sociedad libre y abierta; y nos hemos opuesto intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a juramentos secretos y a procedimientos secretos. Por lo que nos oponemos en todo el mundo a una conspiración monolítica y despiadada que se basa principalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia basada en infiltración en lugar de invasión, en subversión, en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre elección. Es un sistema que ha usado vastos recursos humanos y materiales para construir una máquina eficaz estrechamente tejida que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos, no son publicados. Sus errores son enterrados no salen en los periódicos. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. No se cuestionan sus gastos, no se revelan los secretos. Es por eso que el legislador ateniense Solón decretó como delito que los ciudadanos se desentiendan de las controversias. Pido su ayuda en la tremenda tarea de informar y alertar a la gente de América, confiando que con su ayuda los hombres serán lo que nacieron para ser: libres e independientes."
John F. Kennedy
Fuente: cienciayespiritu.com
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