De aspecto viscoso, semilíquido y blanquecino, es una sustancia básica y muy importante para los efectos de materialización de objetos y espíritus. Para la ciencia académica, ectoplasma es la parte de la célula que esta entre la membrana y el núcleo o la porción periférica del citoplasma. Para el científico Charles Richet, es una sustancia que se cree ser la fuerza nerviosa y posee propiedades químicas semejantes a los del cuerpo físico, de donde proviene. Se presenta bajo un aspecto viscoso, blanquecino, casi transparente, con reflejos lechosos, se desvanece bajo la luz. Es considerado la base de los efectos mediúnicos llamados físicos, pues es a través de él que los espíritus pueden actuar sobre la materia. Entre tanto, para los espíritus, el ectoplasma es generalmente conocido como un plasma de origen psíquico, que se exhala principalmente del médium de efectos físicos y un poco de los otros. Se trata de una sustancia delicadísima que se sitúa entre el periespíritu y el cuerpo físico y, aunque sea algo deforme, es dotada de fuerte vitalidad, sirviendo de puente para unir los planos físicos y espiritual.
Históricamente, el ectoplasma ha sido identificado como algo producido por el ser humano, que, en determinadas condiciones, puede liberarlo, produciendo varios fenómenos. El ectoplasma es de difícil manipulación, pegajoso, no se moldea fácilmente. Por eso, exige práctica y técnica para que los espíritus puedan utilizarse de este fluido. No es el espíritu que se materializa, pero es el ectoplasma que se adhiere a la forma del preriespíritu de él. La sustancia sufre bastante la influencia de la luz del día y de la luz blanca, lo que causa interferencias en el fenómeno, tornándose ideal la utilización de una luz con tono rojizo. La materialización puede suceder bajo el efecto de la luz blanca, mas es preciso haber mucho ectoplasma. También es difícil hacer fotos de ese fenómeno con flash, una vez que hay interferencias de luz en ese momento. En las materializaciones, no es utilizando directamente el ectoplasma puro exhalado por el médium. Es necesario combinarlo con otros fluidos (espirituales, físicos), o sea, utilizar en las materializaciones el ectoplasma elaborado. La presencia de apenas una persona incrédula en el ambiente dificulta o hasta impide la adherencia del ectoplasma en el periespíritu del espíritu.
Combinación de fluidos
La palabra ectoplasma da una idea de tratarse de algo único, mas, en verdad, es un gran conjunto, formado por la combinación de los fluidos del espíritu con el fluido animalizado del médium y los fluidos del ambiente. “Ahí tenemos el material leve y plástico de que necesitamos para la materialización”, explica el espíritu Aulus en el libro “En los Dominios de la Mediunidad”. De una manera bastante rápida, podemos dividir el ectoplasma en tres elementos esenciales:
Fluido A, representando las fuerzas superiores y sutiles de la esfera espiritual; Fluidos B, definiendo los recursos del médium y de los compañeros que lo asisten; Fluidos C, constituyendo energías tomadas de la naturaleza terrestre.
Los Fluidos A pueden ser los más puros y los Fluidos C pueden ser los más dóciles, pero, los Fluidos B, nacido de la actuación de los compañeros encarnados y especialmente del médium, son capaces de estropear los mas nobles proyectos. En los círculos en que los elementos A encuentran una colaboración segura de los fluidos B, la materialización de orden elevada asume la sublimidad de los fenómenos. Todos los estudios hechos sobre las materializaciones de espíritus y los llamados efectos físicos demuestran que esos fenómenos ocurren solamente en la presencia de personas que pueden proporcionar ectoplasma. Eso lleva a la obvia conclusión de que los espíritus no producen ectoplasma, mas pueden apenas manipularlo. Inclusive, una observación más cuidadosa permite comprender que esta manipulación solo pude ocurrir con la convivencia consciente o inconsciente de los encarnados que comparten la sustancia. Si no fuese así, esos fenómenos ocurrirían con tamaña frecuencia e intensidad en lo cotidiano de la humanidad que los desencarnados pasarían a participar directamente en el mundo de los encarnados. De este modo, se puede deducir que el ectoplasma es un atributo del cuerpo físico, de la materia, una vez que el cuerpo humano es material, aunque controlado por el espíritu en el encarnado. Lo que se puede admitir que suceda es que los espíritus encarnados, en contacto con la materia durante la encarnación, manipulan de tal modo que producen lo que llamamos de ectoplasma. Esa producción se daría de modo automático e inconsciente, desde la concepción hasta el desencarne.
Los tipos de ectoplasma
Ahora, si el ectoplasma está relacionado con la materia que constituye el cuerpo humano, debe existir también en los minerales, en las plantes y en los animales en general. En términos de complejidad, ese ectoplasma no debe ser igual o existente en los seres humanos. En principio, el ectoplasma mineral es lo más simple. En los vegetales, que se alimentan principalmente de materiales inorgánicos, el se presenta de modo relativamente más complejo, en virtud de haber sido trabajado por ellos a partir de la materia inicial. Ya en los animales, que se alimentan de producto mineral, vegetal y de otros animales, el ectoplasma debe adquirir una mayor complejidad. Así, en función de la especie de vegetal o animal, ciertamente habrá cualidades diferentes de ectoplasma. Esa deducción es fácil de ser hecha, pues, lo que se sabe, el ectoplasma no humano no es suficiente o adecuado para la realización de fenómenos físicos y de materialización, ya que, si fuese, el ectoplasma ocurriría libremente por la manifestación de espíritus desencarnados. Habría interferencia directa de este mundo de los encarnados, creando gran confusión.
En el libro “Espíritu, Periespíritu y Alma”, Hernani Guimarães Andrade propone la existencia de los siguientes tipos de ectoplasma: ectomineroplasma, originario de las materias minerales; ectofitoplasma, extraído de los vegetales; ectozooplasma, producido por los animales; ectohumanoplasma, generado por los humanos. Pero para efectos de simplificación de la terminología, en el sentido de volver al significado más accesible a las personas, podemos decir apenas ectoplasma mineral, vegetal, animal y humano.
¿El ectoplasma es materia? Podemos definir materia como todo lo que es constituido por los elementos químicos constantes de la clasificación periódica, mas allá, es claro, de los propios elementos y de las partículas subatómicas. Es también aquello que posee masa y energía, estando sujeto a la acción de la gravedad, tiene peso y ocupa un cierto volumen en el espacio, más allá de interaccionar físicamente con otras porciones de la materia de las reacciones químicas. Ya el ectoplasma está sujeto a la acción de la gravedad e interactúa físicamente con la materia del cuerpo humano.
En las fotografías, vemos salirle de la boca de un médium como si fuese un paño. El hecho de la sustancia cae en la dirección del suelo y del espíritu materializado a partir de estar junto al suelo son evidencias de que este fluido está sujeto a la acción gravitacional. Algunos autores que ya estudiaron el ectoplasma en trabajos de materialización y de efectos físicos verificaron la acción de la gravedad a través de balanzas. Por tanto, podemos concluir que el ectoplasma es materia ¿Podemos? Este raciocinio nos conduce a una conclusión bastante interesante, o sea, parece haber alguna cosa que se comporta como si fuese una materia paralela a la que la química describe. En otras palabras, es como si hubiese otro conjunto de elementos químicos coexistiendo con aquellos previamente conocido o previsto por la química, como si fuese posible establecer por lo menos otra clasificación periódica.
Presentación y producción
El ectoplasma es un combinado de sustancias. Cuando los espíritus desencarnados pueden disponer de él en bastante cantidad, lo utilizan para la producción de fenómenos mediúnicos de efectos físicos, combinándolo con otras sustancias extraídas del depósito oculto de la naturaleza. Para la visión de los desencarnados, el ectoplasma se presenta como un masa de gelatina pegajosa, semilíquida y blanquecina que es exhalada por todos los poros del médium, pero en mayor proporción por la nariz, por la boca, por los oídos, por las puntas de los dedos y hasta por el tórax. El aspecto del magnetismo, es la energía diseminada y presente en toda la naturaleza, la cual, por la ley evolutiva, es mas apurada en el hombre de lo que es en lo mineral, en lo vegetal o en lo animal. Deduciéndose que los espíritus encarnados, en contacto con la materia durante la encarnación, producen el ectoplasma, podemos llegar a algunas conclusiones. Si admitimos la existencia de esta sustancia en los minerales, en las plantas o en los animales, podemos entender que uno de los ingredientes que forma el ectoplasma es originario de los alimentos, en cuanto otro proviene del oxigeno que respiramos.
Todavía hay otro ingrediente, producido en el interior de las células de nuestro cuerpo físico. Lo que ocurre es una transformación de esos ectoplasmas primarios en ectoplasma humano. ¿Pero donde y cuando ocurre el proceso metabólico de las reacciones químicas, físicas y biológicas entre fluidos resultantes de la alimentación, de la respiración y de la actividad celular que generan el ectoplasma? Es difícil de afirmarse con certeza donde se forma en el ser humano. La observación indica un gran movimiento fluídico en el abdomen, en la altura del ombligo, a lo que lleva algunos investigadores a admitir que se forma ectoplasma en el aparato digestivo, a través del metabolismo de los alimentos en el cuerpo. Otro lugar en que es común se percibe que existe una gran cantidad de ese movimiento es en el tórax, haciendo algunos estudios concluyen que la producción de ese ectoplasma ocurre a través de la respiración por el oxigeno.
Como la ciencia académica admite que ese fluido se forma en el interior de las células, muchos entienden que el ectoplasma se forma por todo el cuerpo en el nivel celular, aunque en cantidad y calidad diferentes. La sangre puede moverlo hasta los pulmones, donde se libera para ser eliminado, de la misma forma que el carbono resultante del metabolismo. Entre tanto, para los espíritus, el ectoplasma es una sustancia delicada que se produce entre el periespíritu y el cuerpo físico, interactuando en el plano físico con el espiritual. Eso nos permite deducir que los fluidos resultantes de la alimentación, de la respiración y de la actividad celular son captados por medio de los chacras gástrico y esplénico, transformándose en ectoplasma en el interior del doble etérico. Podríamos llamar eso de “metabolismo del ectoplasma”. Mas es bueno recordar: en las materializaciones o en los fenómenos de efectos físicos, no se usa directamente el ectoplasma humano que exhala del médium. Es preciso combinarlo con otros dos tipos de fluidos (espirituales y de la naturaleza) para obtener el ectoplasma elaborado.
Escrito por Edvaldo Kulcheski
Artículo publicado en la Revista Cristã de Espiritismo, edición especial sobre Materialización.
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