martes, 20 de noviembre de 2012


El Origen de los Cristales y Las Piedras
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En términos geológicos, tanto los cristales como las piedras están catalogados como minerales, pero no todos los minerales son piedras o cristales; sólo aquellos que tienen una estructura atómica específica que forma un patrón cristalino. Como todo lo que existe, los cristales y las piedras están formados de partículas minúsculas llamadas átomos. Estos son los bloques invisibles que componen la materia y a la vez están formados de otras partículas aún más pequeñas llamadas protones, electrones y neutrones. Cuando estas partículas son observadas minuciosamente, es fácil percibir que más que materia son vibraciones in­finitamente sutiles las cuales están en una armonía perfecta con la fuerza cósmica que rige el universo. El mundo material que nos rodea está formado de dife­rentes variaciones y combinaciones de estas partícu­las. La forma en que los átomos se unen con otros átomos determina la formación de las moléculas que componen los diferentes aspectos de la materia.
En el reino de los cristales y las piedras existen siete familias o tribus cada una de las cuales tiene su propia estructura geométrica y molecular de la cual se for­man cristales y piedras individuales. Estos manifies­tan visiblemente tanto sus características geométricas como su composición molecular. Las siete familias o tribus son las siguientes:
  1. El sistema isométrico o cúbico (el fluorito).
  2. La forma tetragonal, de cuatro lados (el wulfenito).
  3. La forma hexagonal, de seis lados (la esmeralda).
  4. La forma trigonal, de tres lados (el cuarzo).
  5. La forma orthorómbica u oblongada (el topacio).
    1. La forma monoclínica, unilateralmente incli­ nada (el azurito).
    2. La forma triclínica, trilateralmente inclinada (la turquesa).
    3. Todo cristal o piedra tiene la capacidad de recibir, contener, emanar, reflejar y refractar la luz, la cual es la forma de energía más perfecta que existe en el uni­verso. Cuando un cristal, o cualquier objeto material, es estudiado a fondo en su estructura atómica, es fácil comprender cómo toda manifestación física no es si­no una variación vibratoria de la esencia primordial que lo ha creado todo. Cuando la visión consciente de un ser humano se expande de este modo, las limi­taciones mentales se transcienden y las puertas de otras dimensiones y planos más elevados se abren a esa persona. Debido a su extraordinaria capacidad de armonizar con la luz del infinito, los cristales y las piedras nos pueden ayudar a expandir nuestra Visión interna y de esta manera unificarnos con la fuerza creadora del universo.
    4. La diferencia entre cristales y piedras está en su es­tructura molecular. De acuerdo con la familia o tribu a la que pertenece un mineral, su apariencia física puede ser transparente u opaca. Cuando es transparente, se conoce como cristal, si es opaco, se le conoce como piedra. En la joyería muchas de las llamadas piedras preciosas y semi-preciosas son en realidad, cristales, ta­les como el diamante, la esmeralda, el rubí y la amatis­ta, la cual pertenece a la familia de los cuarzos. Piedras son todas aquellas que son opacas o densas como el ágata, el ojo de tigre, el jasper y la piedra de la sangre.
      Casi todas las piedras y cristales son creadas por la adición repetida de nueva materia a una masa cristali­na. Algunos de estos minerales tienen su origen en la magma o gases hirvientes del interior de la tierra o en los ríos de lava volcánica que surcan la superficie de la tierra. Entre estos minerales, conocidos como mag-máticos o ígneos, está la familia de los cuarzos. Se for­man a través de la solidificación de la lava cuando se enfría y se endurece.
      Otros cristales se forman del vapor que se acumula en las aperturas de las regiones volcánicas. Este tipo de cristal se condensa según los gases escapan del interior de la tierra hacia la superficie. Algunos cristales se for­man de soluciones de agua o crecen con la ayuda de ciertos organismos cerca de la superficie terrestre. Es­tos se conocen como minerales sedimentarios. El aire, el agua, el viento y el hielo son los factores de erosión más importantes en la disolución de ciertas sustancias que existen en el terreno y las cuales eventualmente se cristalizan formando otro tipo de piedra o cristal.
      Por último, nuevos minerales se forman por la re­cristalización de minerales viejos bajo la tremenda presión y elevadas temperaturas existentes en las zo­nas internas de la tierra. Estos minerales se conocen como metamórficos porque son creados a través de un cambio estructural y químico. Un ejemplo de un mineral o cristal metamórfico es el granate.
      Nadie sabe el tiempo que se toma un cristal o pie­dra en formarse. Algunos geólogos creen que el proce­so dura miles de años, mientras que otros opinan que cuando los elementos están listos, un cristal o piedra puede formarse en un instante.
      Hay dos tipos principales de depósitos minerales en los cuales las piedras y cristales se encuentran y se mi­nan. El primer tipo es el que se encuentra en ricas ve­nas en la tierra, que son como especie de canales o espacios entre las rocas a través de los cuales soluciones minerales son depositadas y cristalizadas. Los cristales que crecen en estas venas son fáciles de minar y cual­quiera puede sacarlos usando instrumentos simples co­mo un martillo y un cincel. Hay minas de cuarzo en Arkansas y Arizona donde cualquier persona puede en­trar y sacar todos los cristales que encuentre. Cuando la operación minera es más grande se utilizan poderosos explosivos y extensos equipos. Grandes cantidades de cristales pueden encontrarse en sitios huecos adentro de la tierra donde existe suficiente espacio para el desa­rrollo de minerales. A veces es necesario seguir el curso de una vena hacia las profundidades de la tierra, lo que requiere el uso de taladros especiales.
      El segundo método de minería se utiliza para reco­brar cristales o piedras los cuales están concentrados en depósitos en las cuencas de los ríos. Estos depósitos se componen de fragmentos de venas descompuestas las cuales pueden contener maravillas cristalinas como el diamante o el topacio. El método más común de minar estos depósitos es sacudiendo grandes cedazos llenos de guijarros del río entre los que se encuentran cantidades de diversos cristales. Este proceso se lleva a cabo manteniendo el cedazo bajo el agua hasta separar los guijarros de los cristales. Una vez que se han sepa­rado es fácil ver los cristales los cuales se sacan enton­ces del cedazo. Este tipo de minería se hace generalmente en pequeña escala, pero el proceso se puede duplicar para ser utilizado en operaciones mine­ras más grandes.
      Algunos cristales son cortados, formados y pulidos por artistas lapidarios, los cuales se especializan en realzar la calidad, el lustre y el color de una piedra o cristal. La mayor parte de las piedras transparentes co­mo los diamantes, rubíes, esmeraldas y aquamarinas, son cortadas en facetas, es decir, en diferentes ángulos para realzar las propiedades físicas y ópticas de la pie­dra. Cada faceta le permite a la piedra capturar más luz, la cual es reflejada interiormente, destacando de esta manera su profundidad y color.
      Algunas piedras son cortadas en forma aglobada con una base plana. Esta forma se conoce como caba-chón y permite a muchas piedras semipreciosas o im­perfectas, como el granate, aclarar su color y aumentar de este modo su valor.
      Las piedras más pequeñas y más crudas pueden ser pulidas revolviéndolas con arena en una máquina es­pecial que da vueltas alrededor de cuarenta revolucio­nes por minuto. El proceso de pulimento puede durar entre cinco y ocho semanas, dependiendo de la dureza.
      de las piedras. Este tipo de pulimento aumenta la be­lleza y la radiancia de las piedras, las cuales sin este proceso serían ignoradas o poco apreciadas. Las pie­dras pulidas con este método, entre las que está el cuarzo rosa, son lo suficientemente pequeñas para car­garse, hermosas como regalos o como joyas y suficien­temente baratas como para estar al alcance de cualquier bolsillo.
      La Magia de las Piedras  y los Cristales
      Migene Gonzàlez Wippler
      atenea33.bligoo.es



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