sábado, 9 de octubre de 2010

Nunca pasa el ultimo tren..................

"NUNCA PASA EL ULTIMO TREN, SI ASI FUERA NO EXISTIRIA LA REENCARNACION".

Alena Persaldi

LA VIDA

Obedece los dictados de una gran Ley espiritual que procura la Evolución de todo lo creado. Desde las formas inferiores de la Naturaleza, hasta las superiores de la Vida ¿que nombre tiene esa Ley?. Entre los filósofos de la antigüedad, Pitágoras, Sócrates, Platón, se la conoció como "Metempsicosis" y en nuestros días con el nombre de reencarnación y también comoLey de Causas y Efectos o Vidas Sucesivas.Precisamente la Ley espiritual de la reencarnación facilita al Alma incorporarse numerosas veces, en diferentes cuerpos y en distintos siglos de la vida de la humanidad, para lograr los siguientes objetivos:

    • Cultivarse espiritual e intelectualmente.
    • Poder vivir numerosas y diferentes experiencias que conformen su bagaje de sabiduría.
    • Desarrollar la inteligencia.
    • Pulimentar sus imperfecciones morales o espirituales.
    • Reparar para nuestra "conciencia espiritual" los daños y los errores ocasionados en perjuicio de otros seres humanos.

La Ley espiritual de la reencarnación no tiene privilegiados, ni por supuesto no tiene para nada en cuenta, la posición ni el nivel social, por cuanto ésto es un mero accidente circunstancial con un tiempo limitado. En cambio se detiene en las cualidades intrínsecas a saber:

    • Disposición para hacer el bien.
    • Su sensibilidad para con el prójimo.
    • Su resignación, ante ciertos sinsabores de la vida, que están en relación con su destino.
    • Su lucha contra las imperfecciones de su espíritu.
    • Su aspiración en la búsqueda de su progreso a través de su evolución espiritual.

¿Que consecuencias inmediatas trae todo ésto? La reducción de los efectos kármicos, equivale decir los daños e injusticias cometidas por nuestro espíritu en existencias pasadas.A tenerlo en cuenta, contemos hasta diez o lo que sea necesario antes de reaccionar, ante cualquier circunstancia difícil, porque de lo contrario acumularemos acciones negativas que finalmente pesarán en nuestro cuerpo bioenergético y por supuesto acrecentarán los efectos kármicos de la ley de la causa y el efecto.

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