viernes, 30 de diciembre de 2011

Sanadores y Guias Espirituales
Introducción


Los sanadores y guías espirituales comparten rasgos en común, pero la personalidad de cada uno de ellos marca grandes diferencias individuales, hasta el punto que algunos trascienden como santos mientras que otros se diluyen en el olvido.

En principio los protagonistas de estas curaciones, denominadas comúnmente como "milagrosas" poseen todos un gran "carisma", que en su acepción tradicional significa: "un don que Dios otorga a los elegidos" y que actualmente se emplea para aquellos que poseen una personalidad atrayente, seductora. Uno de los fieles de la Madre María solía decir que "cuando ella hablaba, no podía dejar de escucharla; atraía así".
Antes de que la palabra sanador reemplazara a todas las demás, otra manera de referirse a estos seres singulares era calificarlos de "taumaturgos". Si bien las publicaciones lo usaban dándole un matiz peyorativo, en su acepción original se trata de una persona admirable por sus obras y que realiza hechos prodigiosos, es decir el que hace cosas estupendas, maravillosas. Y por extensión l que es capaz de encantamiento, hechicería o magia.

Nada más mágico o milagroso que curar allí donde la ciencia había fallado. La gente que concurre a visitar a los sanadores son aquellos que no han obtenido de la medicina clásica una solución a sus problemas. Esperan un alivio que los remedios no han sabido procurarles, buscan abrir las puertas a la esperanza. Se apela al sentido mágico de la vida que en mayor o menor medida todos poseemos.
Las técnicas de curación son tan variadas como la cantidad de personas que se dedican a esa actividad: imposición de manos, suministro de agua o brebajes, péndulos, ceremonias más o menos misteriosas, oraciones, rezos. Las características de personalidad son variadas: algunos adquieren un perfil místico cuya creencia es una mezcla de tendencias religiosas, a veces contrapuestas.


Otro aspecto común a los sanadores es que todos se consideran así mismos como instrumentos o herramientas. Afirman que ellos no curan sino que son mediación de otro que es el que hace el milagro. Para Pancho Sierra, la Madre María, el Padre Mario y el Padre Mateo el autor de estos hechos es Dios. Según la Madre María "curan los curanderos, es vuestra fe la que os cura. Yo soy una herramienta que se presta para el trabajo espiritual", Pancho Sierra decía que el agua era una excusa porque había recibido de Dios el don de curar, devolviendo la salud por medio de la profunda fe en Dios Todopoderoso. El Padre Mario, por su parte, insistía frente a las autoridades eclesiásticas que "era su obligación, ya que si Dios le había dotado de ese don, aquello era, en realidad, un mandato".
Los cultos espiritistas ponen el acento en la capacidad de diagnosticar de los médiums y la posibilidad de lograr curaciones milagrosas con intervención de las fuerzas del más allá. Suponen que el espíritu de un médico notable o de un conjunto de médicos puede ponerse en comunicación con determinada persona que tenga habilidades de médium y otorgarle la posibilidad de diagnosticar y curar. Es el caso de Garrincha y de Ze Arigó. Este último decía que un tal Dr. Fritz se posesionaba de él y curaba.


Todos estos sanadores han sido perseguidos invariablemente por "ejercicio ilegal de la medicina". El único que pudo evitar esto fue Pancho Sierra debido a que en esa época y en ese lugar no había médicos; pero de cualquier manera se cuenta una anécdota al respecto: en 1885 y debido a la una denuncia que Don Pancho hacía ejercicio ilegal de la medicina, se presentó en la estancia el comisario de Rojas para cobrarle un multa. El gaucho le dijo "yo pagaré esta multa pero para que se convenza de que yo no soy un brujo ni curandero, y lo único que hago es ayudar a la gente con lo que Tata Dios me otorgó, le voy a dar a Usted un prueba que lo sacará de toda duda." Luego le entregó el dinero y le dijo "esta plata que le doy y que usted se lleva en la mano izquierda, me la va a devolver antes de la medianoche con la otra mano".
Al atardecer el comisario tuvo que regresar porque tenía la mano izquierda sumamente hinchada. Don Pancho sacó un vaso de agua del aljibe y le dio de tomar y le garantizó que en una hora estaría curado. Así fue y ya nunca volvió el comisario a molestarlo.
Pero el resto de los sanadores no tuvieron la misma suerte y debieron conocer la cárcel como el Padre Mario o soportar procesos como la Madre María, Garrincha y Jaime Press. La forma que encontraron para evadir estas situaciones fue inscribirse en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto como una misión religiosa. Así nació la Religión Cristiana de la Madre María, Sendero de Fe, Sociedad Arco Iris, Culto Cristiano de Irma de Maresco. Por su parte, el Padre Mario, como miembro de la Iglesia Católica optó por recibirse de psicólogo para poder atender pacientes

Las curaciones se consiguen aún después de la muerte de algunos de estos sanadores, cuando alguien pide su intercesión y Dios hace un milagro. Los estudiosos de estos temas afirman que Pancho Sierra, la Madre María y el Padre Mario eran personajes auténticos. Ninguno de los tres hizo fortuna con estas tareas. Fueron perdiendo lo que tenían al ayudar a la gente y recibieron la enorme gratificación de verse venerados en vida. Para ellos la sobrenaturalidad provenía directamente de Dios y no se avergonzaban de haber sido elegidos. Entendieron que estaban destinados a una misión y la ejercieron con coherencia hasta el final. Además pertenecían a la clase alta o estaban directamente vinculados con ella, lo que les daba una relevancia inusitada y una clientela selecta que favorecía su fama


Ejemplos Destacados:

Sanadores cuyo poder perdura después de la muerte

Otros sanadores


Extraido del cdrom "ALMAS MILAGROSAS, SANTOS POPULARES Y OTRAS DEVOCIONES" por María de Hoyos y Laura Migale, Edición NAyA
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA
http://www.cuco.com.ar/





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