Estaba con nosotros Rogelio, el hijo de tres años de su única hija nacida de su primer matrimonio, a quien yo llamo el huracán, porque arrasa con todo a su paso, el nene dejó de jugar, pensé que se había asustado y se iba a poner a llorar, sin embargo, lejos de asustarse se acercó, se sentó al lado mío y comenzó a hacer lo mismo que su abuelo, tocaba mi pie, y presionaba sus deditos sobre él, no sé si fue porque tiene los dedos chiquitos, pero me tocó justo sobre el lugar que más me dolía, ante mi "¡Ay, Rogelio ahí me duele mucho!" levantó su cabecita y le dice a Balta "se lastimó el astrágalo".
Rogelio tiene tres años, cómo puede saber un niño de esa edad el nombre de los huesos del pie? ante la sorpresa Baltazar le pregunta "qué se lastimo Rogelio?", "el astrágalo", repitió con toda naturalidad como si hubiera nacido pronunciando esa palabra, "y cómo sabes eso?" "porque yo cuando era grande curaba".
Cuando en la consulta el traumatólogo observó la placa no me extrañó escucharlo decir: "recibiste un golpazo tremendo en el astrágalo, por suerte no hay fractura porque de ser así suele ser complicada y compromete el tobillo"
Para mi sorpresa Baltazar comenzó a reírse, "qué te causa tanta gracia?"
"nada me vino a la cabeza el dicho "Dios los cría y ellos se juntan" obviamente ya tenés un sucesor Ale, para pasarle el bastón de mando"....
Más allá de lo risueño, este tipo de circunstancias llegan "hondo", sobre todo cuando provienen de un niño de tres años, que va al jardín y todavía vive en un mundo de fantasía... vive en un mundo de fantasía?? difícil respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario