Es inalterable, es el color del infinito y de nuestro propio Planeta, es la siembra de nuestros Maestros, para que toda la humanidad pueda cosechar, la Luz, y el Amor con que fue concebido, es el color de nuestro querido Arcángel Miguel, quien con su gran espada, corta todo lo negativo que nos hace sufrir. Es el día a día, el aprendizaje y la evolución, es –en definitiva- el principio de todos los principios, y el camino del Gran Camino que debemos recorrer. Ante su brillo el amor brota y crece, y toda la fertilidad de la Tierra esparce sus frutos para que continuemos y fortalezcamos nuestras conciencias en el fragor de la lucha cotidiana, es entonces ,cuando cada noche, antes que nuestro Espíritu se retire de nuestro cuerpo físico – cuidado y protegido por el Cordón de Plata- para elevarse a otras dimensiones en busca de ayuda, enseñanza y comprensión, que debemos pedirles a nuestros queridos Guías y Maestros que nos envuelvan en un color Azul Brillante, para que, una vez entregados al sueño podamos absorver la Energía que emana nuestra Galaxia desde sus diversos mundos, y que al despertar, logremos concientizar la maravilla de la Vida en todas sus formas y dimensiones, en cada latido de nuestro Corazón.
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