POR JULIO ALGAÑARAZ
Francisco recibió a Gustavo Gutiérrez. La Iglesia combatió a esa línea reformista desde los 80. Otro gesto de apertura en el Vaticano
Mensaje. Francisco, ayer, ante los Caballeros del Santo Sepulcro./ANSA
VATICANO. CORRESPONSAL - 14/09/13
La Iglesia institucional se reconcilió oficialmente con la Teología de la Liberación, que Juan Pablo II y Benedicto XVIpersiguieron implacablemente en los años ochenta y noventa, con el abrazo que se dieron el Papa argentino y el peruano Gustavo Gutiérrez, fundador del movimiento, en la audiencia que Francisco concedió al padre domínico que fue a visitarlo. Emocionado, Gutiérrez –que nunca fue sancionado por la inquisición vaticana– dijo que Jorge Bergoglio “me recuerda a Juan XXIII”, el gran Papa que convocó al Concilio Vaticano II (1962-65).
El sitio católico español “Religión Digital” señaló que ese abrazo “simboliza a la Iglesia en primera persona del plural (nosotros), que auspicia el Papa argentino, esa Iglesia en la que cabemos todos más allá de las diferencias ”.
El encuentro con el cura peruano que lanzó el movimiento que ahora recibe un reconocimiento mundial ha sido una especie de broche de oro por el primer semestre de Francisco desde que fue elegido pontífice, el 13 de marzo, y que se cumplió ayer.
En el Vaticano, ayer se estimaba que Gustavo Gutiérrez podría ser incluído por decisión del Papa en el grupo de expertos de la Comisión Teológica Internacional.
“ Me recuerda mucho a Juan XXIII: hablar del pobre, del compromiso, de la solidaridad con los pobres. Eso viene del Evangelio y la Teología de la Liberación no creó esto, sino que recordó que está en los Evangelios”, dijo el domínico. Gutiérrez agregó que el Papa argentino “es muy evangélico, su modo de actuar lo manifesta”.
"Religión Digital” escribe que, “después de tres décadas de incomprensión y condenas, el paso dado ayer denota una vez máslos nuevos aires que se vislumbran en el Vaticano. En una primavera que cumple hoy seis meses”.
Protagonista clave del encuentro de Francisco con el peruano fue el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo alemán Gerhard Müller, a quien Benedicto XVI nombró en los últimos tiempos de su pontificado.
Müller es un gran amigo y discípulo de Gustavo Gutiérrez, un admirador de sus ideas que ha viajado muchas veces a Perú y vivido con los campesinos. Gutiérrez y Müller escribieron a cuatro manos un libro en 2004 sobre la Teología de la Liberación, que esta semana ha sido reeditado con bombos y platillos en Italia.
Otra novedad propicia del “cumpleaños” semestral del pontificado de Francisco vino de Brasil, donde el más polémico teólogo de la liberación, Leonardo Boff, un cura franciscano castigado varias veces, que colgó los hábitos y se casó, declaró a La Repubblica de Roma su entusiasmo por el argentino.
“El pontífice no habla de Teología de la Liberación pero adopta el método, la inspiración, el estilo”, afirma Boff. Para el teólogo brasileño, Bergoglio trae grandes novedades aunque es conservador en la doctrina de la Iglesia católica.
“Después de dos mil años de romano centrismo, la Iglesia ha dado un gran sobresalto”, sostuvo el brasileño. “Con Francisco vuelvo a casa”, es el título del artículo sobre Boff que publicó el diario de la capital italiana.
clarin
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