En una de las experiencias de los años 1999, en una puerta dimensional, abierta por los trabajos grupales y con la ayuda de la guía extraterrestre, se establecía frente a nuestros hombros una esfera blanquecina brillante y que se observaba en un ambiente nocturno. Estas esferas, a la cual respondieron el nombre e sincronizadores a nuestra mente intuitiva. De vez en cuando en unas y otras exposiciones fotográficas, aparecen muy a menudo; diría que en el trabajo de campo. Los sincronizadores en imagen, nos muestra a la vez, como en una pequeña hilera de menor a mayor, ingresa al cuerpo de nuestra amiga en la fotografía tomada el 18/08/2006, en la costa al río en uno de sus brazos del Paraná cercanos al embarcadero de Baradero,(Prov.de Buenos Aires, Republica Argentina) restableciendo y regenerando lo que cada uno necesita. Al volver a casa, nos damos cuenta que nos encontramos, no solo mas sutiles físicamente, también más abiertos y expandidos en la conciencia, reforzando seguir hacia una nueva experiencia, que nos acerca mas a un orden diferente, con respecto al mundo que nos rodea, diría que mas despierto y más cercano a la dimensión venidera. Estas experiencias no son difíciles de asimilar, solo en el silencio interno la respuesta va hacia la pregunta. Pero difícil es cuando, queremos toda la información, pero no hacemos nada por ir a buscarla. El miedo es una de las particularidades que tiene el ser humano y debido a ello, las experiencias no se manifiestan y los mecanismos tienden a los apegos de las formas materiales, de no soltarnos de nuestras dependencias. Por eso, el sistema nos brinda la posibilidad de no hacernos cargo de nuestro propio espacio, y menos de lo demás. Llevar una vida sin sentido nos despoja de integrar los mecanismos que nos convocan cósmicamente. Mucho más fácil es seguir viviendo ignorante a todo, que escalar en el ascenso espiritual la montaña de la sabiduría. La vida nos lleva por senderos en donde en mayor necesidad mayor dificultad para mantenernos; y a mayor pago mayor esclavitud existencial.
Por ello, la búsqueda de la verdad por siempre y desde que nace el individuo, es hacia adentro de nosotros, en los confines de los universos personales. Volvemos a salir buscando no solo pruebas de que esto es cierto, sino elementos que nos ayuden a trascender, la conciencia que vive hoy la humanidad. El mensaje de los malaqui o malaquíes, son quienes hemos confundido, tal vez por palabras cambiadas, por quienes a la vez de desinformar, nos llevan de lo que cree nuestra efímera verdad, a formas de mentalismos y formas de concepciones que el estado de conciencia busca comprender; pero tan solo lo que en ese momento nos encuentra; y la esencia con lo cada uno es capaz de percibir.
Particularmente se viene de épocas antiguas ahogándonos en las mentiras y despojándonos del oxígeno que da a las verdades, para que no respiremos el saber que los ángeles de ayer, aquellos que aparecen en los textos bíblicos, no son ni nada mas ni nada menos que los extraterrestres de hoy, los dioses de una mitología perdida, de un tiempo distante para nuestra comprensión, que nos a llevado a perder el mas elevado de los órdenes. Mario Cannas
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