Fragmento de Una Nueva Tierra, de Eckhart Tolle
“¿Qué
podría ser más denso e impenetrable que una roca, la más densa de todas
las formas? No obstante, algunas rocas sufren cambios en su estructura
molecular, convirtiéndose en cristales para dar paso a la luz. Algunos
carbones se convierten en diamantes bajo condiciones inconcebibles de
calor y de presión, mientras que algunos minerales pesados se convierten
en piedras preciosas.
La
mayoría de los reptiles rastreros, los más íntimamente unidos a la
tierra, han permanecido iguales durante millones de años. Sin embargo,
algunos otros desarrollaron plumas y alas para convertirse en aves,
desafiando la fuerza de la gravedad que los había mantenido sujetos al
suelo durante tanto tiempo. No aprendieron a reptar o a andar mejor,
sino que trascendieron totalmente esos dos pasos.
Desde
tiempos inmemoriales, las flores, los cristales, las piedras preciosas
y las aves han tenido un significado especial para el espíritu humano.
Al igual que todas las formas de vida, son, lógicamente, manifestaciones
temporales de la Vida y la Conciencia.
Su significado especial y la razón por la que los seres humanos se han
sentido fascinados y atraídos por ellas pueden atribuirse a su cualidad
etérea.
Cuando
el ser humano tiene un cierto grado de Presencia, de atención y alerta
en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la vida, la
conciencia interior o el espíritu de todas las criaturas
y de todas las formas de vida, y reconocer que es uno con esa esencia y
amarla como a sí mismo. Sin embargo, hasta tanto eso sucede, la mayoría
de los seres humanos perciben solamente las formas exteriores sin tomar
conciencia de su esencia interior, de la misma manera que no reconocen
su propia esencia y se limitan a identificarse solamente con su forma
física y psicológica.
Sin
embargo, en el caso de una flor, un cristal, una piedra preciosa o un
ave, hasta una persona con un grado mínimo de Presencia puede sentir
ocasionalmente que en esa forma hay algo más que una simple existencia
física, aún sin comprender la razón por la que se siente atraída y
percibe una cierta afinidad por ella. Debido a su naturaleza etérea, esa
forma oculta menos el espíritu interior que otras formas de vida. La
excepción de esto son todas las formas recién nacidas como los bebés,
los cachorros, los gatitos, los corderos, etcétera; son frágiles,
delicados y no se han establecido firmemente en la materialidad. De
ellos emana todavía inocencia, dulzura y una belleza que no es de este
mundo. Son un deleite hasta para los seres humanos relativamente
insensibles.
Así
que cuando contemplamos conscientemente una flor, un cristal o un ave
sin decir su nombre mentalmente, se convierte en una ventana hacia el
mundo de lo informe. Podemos vislumbrar algo del mundo del espíritu. Es
por eso que estas tres formas "iluminadas y aligeradas" de vida han
desempeñado un papel tan importante en la evolución de la conciencia
humana desde la antigüedad; es la razón por la cual la joya de la flor
de loto es un símbolo central del budismo y la paloma, el ave blanca,
representa al Espíritu Santo en el cristianismo. Han venido abonando el
terreno para un cambio más profundo de la conciencia planetaria, el
cual debe manifestarse en la especie humana. Es el despertar espiritual
que comenzamos a presenciar ahora.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario