El turismo paranormal se puso de moda: conocé algunos de los lugares más “creepy” de la Argentina

El turismo paranormal se está convirtiendo en tendencia a nivel mundial. Algunos lo llaman turismo oscuro, otros turismo oculto o del terror, pero en Internet se pueden encontrar largas listas en las que aparecen hoteles embrujados, bares con espíritus o cualquier tipo de establecimiento en el que hayan sucedido hechos terroríficos o inexplicables.
Lo cierto es que Argentina no es una excepción en esta nueva moda. Así que si estás veraneando por el país y te interesa el turismo y lo paranormal, o sólo lo paranormal, te contamos sobre cinco lugares que podrías visitar para CREER O REVENTAR.

1. Gran Hotel Viena (Miramar, Córdoba)

 
En la localidad de Miramar, aledaña a la laguna Mar Chiquita de Córdoba, se encuentra el Gran Hotel Viena, elegido como el de mayor actividad paranormal del mundo después de la visita de los productores del programa estadounidense Ghost Hunter International.
La historia del hotel comenzó en 1941, cuando un inmigrante alemán llamado Máximo Pahlke decidió financiar enteramente su construcción. Fue a principios de la década de 1970, sin embargo, cuando el establecimiento cerró sus puertas y se convirtió en un mítico lugar repleto de historias de fantasmas que involucran hasta al propio Hitler. Se escucharon rumores de mujeres mirando por la ventana de la habitación 106, golpes fuertes de procedencia dudosa, niños corriendo por los pasillos que desaparecen y hasta hubo personal del hotel que murió de forma extraña.
Para los interesados, el hotel ofrece visitas nocturnas guiadas.

 

2. Hotel Boulevard Atlántico (Mar del Sud, Buenos Aires)

Entre los médanos y pastizales de Mar del Sud, se terminó de construir en 1890 el Hotel Boulevard Atlántico, un alojamiento pensado para gente de dinero. Por esa época un grupo de financistas argentinos e ingenieros alemanes habían decidido crear el balneario Mar del Sud, así que era la oportunidad perfecta. Pero el ferrocarril nunca llegó, ni tampoco los pasajeros, y el hotel fue perdiendo su primer esplendor y fue rematado.

Después de muchas décadas de abandono, el establecimiento hoy se encuentra prácticamente destruido. Hubo y hay proyectos para restaurarlo, pero ninguno se lleva adelante seriamente. Se rumorea, sin embargo, que puertas adentro suceden cosas extrañas. Y por unos billetes se puede persuadir a su cuidador para hacer una visita guiada a las instalaciones. Está a unos 10 km de Miramar y 50 de Mar del Plata.

 

3. La hamaca de Firmat (Santa Fe)

En una plaza de la ciudad de Firmat, en Santa Fe, sucede algo que los científicos no pueden explicar. Un grupo de hamacas se mueven solas. Primero fue la de un costado, después la del centro y más tarde las tres al mismo tiempo.

Si te sentís capaz de resolver el misterio, o simplemente sos un curioso y amante de lo paranormal, deberías darte una vuelta para observar el fenómeno.

 

4. Hotel Eden (La Falda, Córdoba)

La historia del Hotel Eden, ubicado en La Falda, Córdoba, es una de las más negras de todas, ya que está vinculada a los nazis que llegaron a la Argentina en la década de 1940.

Desde su nacimiento, en el siglo XIX, el Hotel Edén es uno de los hitos fundamentales del desarrollo turístico del Valle de Punilla, en Córdoba. Fue este establecimiento el que dio origen a la ciudad de La Falda y en él se hospedaron personajes como el poeta Rubén Darío, el Príncipe de Gales o Albert Einstein.
En 2009, el equipo de GHI (Ghost Hunters Internactional) llevó adelante una serie de investigaciones en el establecimiento y acreditó su actividad paranormal. Al menos eso dice la web del Eden, que además ofrece visitas guiadas nocturnas todos los fines de semanas.

 

5. Bosque Energético (Miramar, Buenos Aires)

 Desde lejos sólo parece un bosque de coníferas muerto nada enigmático, pero todos lo saben: el lugar está encantado.  Algunos hablan de magnetismo y otros de extraterrestres  o espíritus, pero nadie puede explicar realmente lo que sucede entre los árboles.

El Bosque Energético forma parte del Vivero Dunícola Florentino Ameghino, a unos 5 kilómetros de Miramar, y no sólo tiene propiedades relajantes y energizantes, sino también la particularidad de que sus ramas se unen unas a otras sin caerse, como si se tratara de magia.
La entrada es gratuita.

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