sábado, 12 de abril de 2014

Los cuerpos y los campos de energía.

No solamente estamos constituidos por el cuerpo físico. Contamos también con otros cuerpos que no son visibles, cumpliendo cada uno una función, con la distinción de que el cuerpo físico es el que nos permite, desde un punto de vista sensorial, establecer una referencia en nuestra experiencia terrestre y darle sentido a la misma, aunque todos los cuerpos o campos sustentan la misma importancia vital. 
Estos son:

- El Cuerpo Etérico. Se adapta perfectamente a la forma del cuerpo físico. A él pertenecen los chakras y los conductos que, en definitiva, distribuyen la energía que mantiene al propio cuerpo físico.

- El Cuerpo Emocional o Astral. Por definirlo de un modo sencillo, tiene forma más o menos esférica o elíptica alrededor de los cuerpos físico y etérico. En él es donde se encuentran todos los aspectos energéticos emocionales.

- El Cuerpo Mental. Es de mayor extensión aún que el emocional. Alberga los aspectos mentales o pensamientos. 

En las canalizaciones también se mencionan otros cuerpos como el espiritual o causal, el búdico y el álmico que no han llegado a ser comentados con mucho detalle.

Dicho lo cual, llegado a este punto introduzcamos una breve explicación, a colación de lo comentado en capítulos anteriores. Los aspectos internos resueltos o sin resolver, equilibrados o desajustados, emocionales y mentales, aunque durante períodos de tiempo no sean percibidos o experimentados conscientemente, se encuentran, como en estado latente, en sus respectivos cuerpos energéticos (emocional o astral, mental, etc.). Si son aspectos refinados y elevados en forma de cualidades, dones o virtudes, que por ejemplo se alcanzaron en otra existencia o encarnación, por supuesto, estarán accesibles y se podrá disponer de ellos llegado el momento, cuando se pase, posiblemente, por ciertas experiencias que los active. Por el contrario, en caso de aspectos de baja vibración energética no compatibles, en este caso, con la energía del amor, ellos van a ser sentidos y percibidos, antes o después, reclamando alineamiento y transmutación. ¿Cómo? A través de los chakras estos aspectos internos se sentirán en el cuerpo físico, emergiendo desde el cuerpo energético del que procede.

Dependiendo de la frecuencia vibratoria del aspecto en cuestión, serán apreciados por un chakra u otro en la localización donde se ubique este chakra en el cuerpo. Los chakras tienen diversas funciones y una de ellas es la de conectar al cuerpo físico con el resto de cuerpos energéticos, actuando como transformadores de energía, pudiendo traspasar los códigos de los campos de energía a la fisicalidad para que puedan ser percibidos.

De esta forma, un aspecto por purificar, aunque no tengamos noticias de que existe, es parte nuestra y, como código energético, permanece incluido en alguno de nuestros campos de energía. Como elemento con conciencia y vida que es, al entrar en contacto con la vibración del amor que se expande en el planeta, apreciará su propio desajuste por el contraste con la nueva energía y esto acelerará su proceso de transmutación, que tiene como finalidad poder mantener dicho aspecto como forma de vida dentro de estas nuevas condiciones en esta dimensión.

Por ello, se acelerará la atracción de situaciones igualmente no resueltas y desequilibradas en el plano físico, que vibrarán con la baja frecuencia vibratoria de estos aspectos, realidades que son un reflejo de estos mismos y, a la vez, el antídoto para su liberación y sanación ya que a través de ellas se puede llegar a la raíces de sus respectivos aspectos internos para su transmutación. Recordemos una vez más que, por la Ley de la Atracción Divina, todas las formas de existencia y vida atraen a otras con igual vibración energética. Y será, pues, como en estas situaciones, miedos y faltas de aceptación que permanecían como almacenados y de los que, en algunos de los casos, no teníamos conocimiento de su existencia, por la correspondencia con realidades igualmente no alineadas, de una forma u otra, irrumpen definitivamente en el plano consciente para que puedan ser tratados. Todo ello por la acción de los chakras que conectan los cuerpos de energía con el cuerpo físico.

Los tres primeros chakras (el de la base de la columna vertebral, el sacro en la parte superior del ombligo y el de plexo solar) serán los centros de energía a través de los cuales se produzca el trabajo de liberación de los aspectos de más baja vibración energética, dando paso, a la vez, a sus respectivas activaciones, que habilitarán poder activar y potenciar los otros cuatro chakras principales (el del corazón, el de la garganta, el del tercer ojo en la frente y el de la corona en la parte superior de la cabeza) que empezarán a anclar las frecuencias superiores, conectándonos con Dios, con nuestra divinidad y con el resto de la Creación.

Dicho esto, se podrá identificar el ego y sus energías descompensadas a través del tercer chakra en el plexo solar, en la zona superior o boca del estómago, en sus distintas variantes ya conocidas: miedos, resistencias, no aceptación, bloqueos, ansiedad, abuso de poder, etc., pudiéndolas encarar en nuestro propio beneficio desde la percepción, como ya así ha sido explicado.


Extracto de 2012 EL CAMBIO DEL AMOR
LIBRO DE LA AUTOMAESTRÍA

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