Gracias a las observaciones astronómicas y a la base de datos que establecieron con ellas (una base de datos de cientos de años) calcularon el ciclo del universo, que según ellos tiene una duración de 5200 años. Con este tercer conteo, determinaron el comienzo de los tiempos para los humanos, que curiosamente se ubica en los momentos en que se organizaban las primeras sociedades humanas en el mundo. Calcularon otros ciclos astronómicos que siglos después han sido corroborados, como el de Venus. Su calendario se termina en el año 2012, fecha en la que comienza un nuevo ciclo.
El calendario, el tiempo, rigieron la vida de los Mayas. El tiempo, la variable suprema e insuperable de nuestra realidad física. Para los Mayas el tiempo era una frecuencia y constituía la cuarta dimensión de todo lo creado, tal como hoy lo entiende la física cuántica. Los Mayas hicieron del tiempo y su percepción la medida de su existencia. El tiempo era la entidad suprema y lo regía todo.
De su mitología nos alcanzó a llegar el Popol Vuh, el Chilam Balam y algunos códices. Cientos de libros escritos, donde registraron sus vida, su mitología y sus cálculos astronómicos durante cientos de años, una impresionante base de datos, fueron quemados por órdenes del obispo Diego de Landa. Gracias al oscurantismo de la Iglesia Católica se perdió un legado incalculable.
Las grandes ciudades mayas fueron extrañamente abandonadas hacia el año 900 D.C. No se tiene certeza sobre la causa. Tal vez alguna profecía que se cumplió, tal vez los Mayas comprendieron el ciclo natural de la humanidad, sus períodos de auge y decadencia y comprendieron que su tiempo había finalizado.
La civilización occidental apenas ha cumplido 500 años desde el inicio de la era moderna. Apenas acumula 500 años de memoria resgitrada. Inmersa en un contexto en el que todo es cíclico (el cosmos, las estaciones, la economía, el calendario, hasta la misma termodinámica comprueba la naturaleza cíclica del orden) es probable que los Mayas hayan calculado su periódo natural y el final de la misma: el año 2012.
De su mitología nos alcanzó a llegar el Popol Vuh, el Chilam Balam y algunos códices. Cientos de libros escritos, donde registraron sus vida, su mitología y sus cálculos astronómicos durante cientos de años, una impresionante base de datos, fueron quemados por órdenes del obispo Diego de Landa. Gracias al oscurantismo de la Iglesia Católica se perdió un legado incalculable.
Las grandes ciudades mayas fueron extrañamente abandonadas hacia el año 900 D.C. No se tiene certeza sobre la causa. Tal vez alguna profecía que se cumplió, tal vez los Mayas comprendieron el ciclo natural de la humanidad, sus períodos de auge y decadencia y comprendieron que su tiempo había finalizado.
La civilización occidental apenas ha cumplido 500 años desde el inicio de la era moderna. Apenas acumula 500 años de memoria resgitrada. Inmersa en un contexto en el que todo es cíclico (el cosmos, las estaciones, la economía, el calendario, hasta la misma termodinámica comprueba la naturaleza cíclica del orden) es probable que los Mayas hayan calculado su periódo natural y el final de la misma: el año 2012.
No se sabe. Aún se siguen descubriendo ciudades de los antiguos mayas en las selvas de Centroamérica y se continúa descrifrando su iconografía. A partir del descubrimiento de la Tumba de Pakal, en Palenque, y de los inquietantes mensajes labrados en ella, que nos hablan de otros planetas habitados (uno de ellos Marte) donde hubo vida, se ha generado un interés por ésta gran cultura tan desconocida aún (cerca de allí se originó el movimiento zapatista, EZLN, que, para algunos, cumple con la profecía Maya y el regreso de Quetzalcoatl).
Fuente: Bogota Subterranea
Fuente: Bogota Subterranea
elcuernodefuego.blogspot.com
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