Sobrevivió de milagro, pero no se trata de un caso aislado. Este crimen espantoso constituye una práctica habitual en Sudáfrica, donde las lesbianas viven aterrorizadas ante los posibles ataques. Pero nadie aún ha sido condenado en ningún caso de 'violación correctiva'.
Sorprendentemente, un grupo de valerosas activistas provenientes de una casa-refugio en Ciudad de Cabo están arriesgando sus vidas para conseguir que el caso Millicent sirva para lograr cambios. Su llamamiento al Ministro de Justicia ha explotado en una petición de más de 140,000 firmas, lo que le ha forzado a aparecer en la televisión del país. Pero el Ministro todavía no ha respondido a sus demandas de acción.
Desde todos los rincones del mundo, encendamos una luz sobre este horror. Si somos suficientes los que nos unimos para amplificar e intensificar esta campaña, podremos llegar hasta el mismo Presidente Zuma, responsable último de la defensa de los derechos constitucionales. Pidámosles a Zuma y al Ministro de Justicia que condenen públicamente las ‘violaciones correctivas’, ilegalicen estos crímenes de odio, y garanticen su aplicación inmediata, junto con programas de educación pública y protección para los supervivientes. Firma la petición ahora y compártela con todos tus conocidos. Se la entregaremos al Gobierno Sudafricano junto a nuestros aliados en Ciudad del Cabo:
Con esperanza y determinación,
Alice, Ricken, Maria Paz, David y el resto del equipo de Avaaz
Alice, Ricken, Maria Paz, David y el resto del equipo de Avaaz
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