Para empezar, lo seguro es que no nació un 25 de diciembre, ni tampoco en el año 1.
La confusión proviene de unos cálculos hechos por un astrónomo y teólogo escita llamado Dionisio el Exiguo, que vivió en Roma unos quinientos años después de la época de Jesús. Según sus cálculos, Jesús había nacido en el 753 ab urbe condita (AUC), es decir, 753 años después de la fundación de la ciudad de Roma. Poco después desapareció este método romano de fijar las fechas y en su lugar, dado que el cristianismo ya era la religión más extendida e importante, se implantó la costumbre de contar los años a partir del nacimiento de Jesús. Este año fue el 1 Anno Domine (Año del Señor) y los años anteriores se etiquetaron como "antes de Cristo" (a. C.). De este modo, la fundación de Roma se quedó en el 753 a. C. Dionisio el Exiguo erró en sus indagaciones; hoy se sabe que Herodes el Grande subió al trono en el 716 AUC, es decir, en el 37 a.C., y que reinó durante treinta y tres años, hasta el 4 a.C. Así que resulta imposible que Jesús naciera en el año 1 y al mismo tiempo durante el reinado de Herodes, como dicen Lucas y Mateo. Por lo tanto, el año del nacimiento de Jesús se debe retrasar al menos cuatro años, aunque ciertas investigaciones han llegado a la conclusión que habría que situarlo en el 6 o 7 a.C.
En cuanto al 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús, no hay constancia de que fuera en esa fecha ni siquiera en sus proximidades, pues si nos atenemos a lo que dice el evangelista san Lucas, los pastores estaban al relente de la noche con sus ovejas cuando ocurre el milagro de la estrella de Belén y, por lo tanto, en el momento justo en que el niño Jesús nace en una cueva o un pesebre camino de Belén. Los pastores no podrían pernoctar al aire libre en diciembre en Palestina, pues hace bastante frío, muy parecido a España, lo que refuerza el testimonio del Talmud según el cual los rebaños salían a los campos desde marzo hasta principios de noviembre.
Durante el siglo III se fijaron varias fechas del natalicio de Jesús. Las iglesias cristianas orientales, como la de Armenia, fijó el 6 de enero, otros propusieron el 25 de marzo, el 15 de abril o el 25 de mayo, esta última establecida por Clemente de Alejandría. Ante tanta variedad y confusión, el papa Fabián, en el siglo III, calificó de sacrílegos a quienes intentaran determinar la fecha del nacimiento de Jesús. Un siglo después, en el 354, el papa Liberio quiso buscar una fecha significativa para solapar cultos paganos y eligió el 25 de diciembre, próximo al solsticio de invierno, una fecha en la que los romanos realizaban las fiestas tanto al Sol Invicto como a Mitra, dos dioses solares, redentores y salvadores, con muchos elementos comunes con Jesús (nacimiento en una cueva, de una mujer virgen, con señales luminosas, que mueren crucificados, etc.) Ante esto no se sabe muy bien si fue Jesús el que solapó a los dioses solares o estos a Jesús. La cuestión que nos ocupa es que esta fecha se impuso
Según investigadores y teólogos, Jesús nació el 6 o 7 a.C. en algún día de primavera o verano. Los datos que aporta el conocido investigador y escritor Juan José Benítez, que expone ampliamente en sus libros de "Caballo de Troya", sobre el nacimiento de Jesús son en buena medida convincentes, y apuesta por una fecha concreta: el 21 de agosto del 7 a.C, fecha a la que tambien hace referencia concreta El Libro de Urantia.
ianuacaeli
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