domingo, 10 de abril de 2011

Hechizos, Conjuros y Brujerias a traves de la historia...

Prehistoria

Durante el curso de las indagaciones históricas, los científicos a menudo se han topado con testimonios sobre la magia.

En las grutas de Lascaux, de Altamira, Montespan, se han encontrado representaciones que tenían todos los «crismas» de las obras religiosas mágicas. Es ya una certeza que en los cultos prehistóricos, como por otra parte ocurre entre todos los pueblos sin escritura, la religión y la magia se encontraban indisolublemente unidas.

Imaginad al hombre prehistórico, indefenso, que debía combatir para sobrevivir contra las fieras y los agentes atmosféricos. ¿A quién podía pedir ayuda?
La ayuda debía provenir sólo de su interior, y así nació la magia. Me pregunto si en aquella época se practicaría el hechizo de amor.

Analizando la vida de aquellos tiempos, el amor no desempeñaba un papel fundamental; en efecto, la función de la mujer estaba ligada meramente a la reproducción.

La necesidad para el hombre prehistórico de procurarse el alimento y por consiguiente combatir contra las bestias feroces, o la necesidad de hacer frente al enemigo, hicieron nacer los encantamientos contra las fieras.

Las representaciones encontradas consisten en pinturas o esculturas reproduciendo animales que después eran golpeados con armas rudimentarias. Por tanto los magos prehistóricos habrían tratado de esculpir en la estatuilla los animales a cazar. Esto naturalmente acaecía antes de la caza, con rito propiciatorio. La imagen se convertía en el soporte necesario para la acción. En el espíritu mágico esta representación es útil puesto que creando una imagen mental en el pensamiento, ya sea del enemigo o del animal, el hombre aumentará considerablemente su fuerza al enfrentarse a ellos.
De aquí deriva la necesidad por parte del artista mago de imaginar en todos los detalles el resultado de su acción.

Decía antes que se han encontrado estatuillas representando osos o leones en cuyo cuerpo se notan todavía huellas de golpes violentos, no dados al azar, sino en puntos muy precisos como la cabeza, las ancas, el corazón; las zonas en los que el golpe de lanza podía ser mortal.

Parece seguro que mediante las estatuillas los operadores mágicos de aquella época quisieron auspiciar la reproducción de los animales domésticos: de ello son testimonio las estatuillas de bisontes de arcilla, o las acémilas representadas en estado de preñez.

Egipto

En la civilización egipcia existían los magos profesionales y las prácticas de hechizo estaban muy difundidas, especialmente en el campo político.

Algunos conspiradores habían urdido una conjura para matar mágicamente al faraón Ramsés III con la ayuda del procedimiento clásico de la figurita de arcilla atravesada.
Por motivos religiosos y políticos el gran Sacerdote de Amón quería matar al faraón Akhenatón, culpable de haber destronado el culto del estado sustituyéndolo con la adoración al dios Atón. Habiendo descubierto sus intenciones, el faraón, cogió al sacerdote «con las manos en la masa» justo cuando estaba preparando la fatídica estatuilla.

De los papiros egipcios se pueden obtener centenares de procedimientos mágicos tendentes a favorecer el amor.

En el museo del Louvre se conservan numerosos ejemplares de figurillas mágicas para hechizos.

Tendría cierto sentido hablar de la llamada «Maldición de los faraones». Algunas tumbas, en particular la de Tutankamon, habrían sido cargadas mágicamente por los sacerdotes, a fin de golpear con maleficios a cualquier que intentase violarlas.

Mesopotamia

Uno de los artículos del código de Hammurabi (2000 a.C.) dice:
«Si un hombre ha incriminado a otro hombre, y ha lanzado sobre él un maleficio, el incriminador es digno de muerte.»
Se han encontrado numerosos tipos de figurillas destinadas a hechizos de amor. En un texto babilónico se lee: «Han hecho la imagen a semejanza de la mía; han imitado mi rostro.» Es un hombre quien habla, persuadido de ser víctima de un maleficio.

Además de las figuritas clásicas encontramos también otros sustitutos, como las ranas.
En particular, entre estos pueblos la clásica migraña era considerada siempre fruto de hechizo.
También estaba difundido el uso de talismanes y amuletos, algunos de los cuales se han transmitido hasta nuestros días.

Es interesante referir un procedimiento de contrahechizo, dirigido a los hechiceros, descrito en una antiquísima inscripción: alguien había sido alcanzado por la hechicería, o así lo pensaba, y para vengarse construyó una imagen del brujo o de la bruja responsable de tal fechoría, con objeto de provocar el golpe de retorno. Un procedimiento bastante similar al usado todavía hoy en muchas partes del mundo.

Israel

Huellas de magia las encontramos en la Biblia por doquier, pero bastará recordar los preceptos mosaicos que prohibían drásticamente el ejercicio de las artes mágicas. Inútil, en fin, hablar de la Kábala, auténtico patrimonio esotérico, sobre la que tanto ha sido escrito, y de la que han sido sacados, por ejemplo, los muy famosos «cuadrados mágicos» que aparecen en muchos talismanes.

Grecia

Los profesionales de la magia en la antigua Grecia eran muy numerosos: hablan de ello igualmente Pitágoras y Platón, este último directamente para invocar la pena de muerte para aquellos que llevaban a cabo sortilegios.
Los métodos eran los clásicos de la figurita, complicados a veces con un arsenal de filtros de amor. A este propósito bastará recordar la Odisea en el episodio de Circe y de la transformación en puercos de los marinos de Ulises, la hierba moli y los diversos filtros y ungüentos dados por los dioses y semidioses a los héroes de la mitología griega.

Roma

En los albores de la civilización romana, para realizar maleficios se utilizaban láminas de plomo llamadas defixionum tabéllete sobre las que se grababa el nombre de la víctima, la fórmula mágica, el nombre de la divinidad a la que se pedía ayuda y el objetivo a alcanzar.

La Ley Cornelia castigaba a aquellos que se dedicaban a la magia; y baste recordar a este propósito el proceso de Apuleyo.

De magia hablan difusamente Virgilio y Horacio. Este último sin más hace una detallada descripción de Canidia, una bruja que iba camino de ser grande, la cual se servía para sus maleficios de dos figuritas; una de cera y la otra de lana.

El punto álgido de la brujería es alcanzado bajo Tiberio, mientras Tácito en los Anales refiere procedimientos mágicos usados contra Germánico.

Locusta, célebre maga y envenenadora, reinó largamente sobre la escena romana, hasta que fue condenada a muerte bajo el reinado de Galba.

Arabia

Mahoma en el Corán pone en guardia a sus fieles contra los ataques mágicos y recomienda sepultar con cuidado uñas y cabellos.

A la luz de nuestros actuales conocimientos se comprende fácilmente el motivo.

Medievo

Hasta los primeros concilios la Iglesia había condenado los procedimientos mágicos, aplicando directamente la excomunión de por vida para quien practicaba maleficios.
El período de oro de la magia, y en particular de la negra, fue en el 1200. Las misas negras y la profanación de las hostias se habían convertido en actos cotidianos. En 1317 el Papa Juan XXII reveló una operación mágica en gran estilo dirigida contra él:
«Nuestros enemigos han preparado bebidas para envenenarnos, a nos y a algún cardenal; no habiendo habido ocasión de hacerlos prender, han fabricado imágenes de cera para atentar contra nuestra vida, atravesando estas imágenes con fórmulas mágicas y evocaciones de demonios; pero Dios nos ha protegido y ha dejado caer en nuestras manos tres de estas imágenes.»

Renacimiento

La brujería ha tenido su máximo esplendor en este período y las cortes de Europa estaban llenas de sujetos poco recomendables.

En esta época han tenido comienzo los grandes procesos a la brujería.
Paracelso, el más célebre de los alquimistas del Renacimiento, ilustró detalladamente los procesos de hechicería.

En su Ente spiritum, dice: «Si, animado de odio contra alguien, quiero hacerle mal, es necesario, para conseguirlo, que me sirva de un intermediario, o sea, de un cuerpo. Así es como es posible que mi espíritu hiera a otra persona con mi espada sin la ayuda de mi cuerpo por efecto de mi ardiente deseo, y esto se puede hacer porque, mediante mi voluntad, fijo el espíritu de mi adversario en una imagen; puedo llegar incluso a hacer a este adversario deforme o cojo, a mi gusto, por medio de la cera.

Debéis tener por cierto que la acción de la voluntad tiene una gran importancia en medicina; y aquél a quién se desea mal, puede sentir todo el mal que se le augura porque la maldición es el dominio del espíritu. Lo mismo puede ocurrir que las imágenes sean cargadas con maldiciones de enfermedad: fiebres, epilepsia y otras semejantes.»

En Francia, en la corte de Catalina de Médicis, existían numerosos astrólogos y magos. Bastará citar al famosísimo Nos-tradamus o al temible cosma Ruggeri, el cual se vio envuelto a menudo en sospechosas historias de hechizos.

Recordemos solamente que Margarita de Navarra fue objeto de hechizo de amor llevado a cabo por el tal Ruggeri, que había fabricado en cera una figurita coronada, cuyo corazón estaba atravesado por un alfiler; el hechizo había sido ordenado por el Caballero La Mole.

El hechizo siguió su curso y Margarita de Navarra se enamoró locamente de este último.

De siglo xvn a nuestros días

Jamás como en este período, el florecer de los gabinetes mágicos alcanza su apogeo.
La Voisin fue la intérprete principal de misas negras y hechizos de muerte, y el sólo nombrarla hacía temblar a muchos. Su vida tuvo una rápida ascensión, el dinero manaba en sus bolsillos y podía contar con numerosos clientes de alta alcurnia.
El asunto de los venenos, en el que al parecer estuvo implicado hasta el propio hermano del Rey Sol y que la convirtió en protagonista principal, terminó con su condena a muerte. Fue quemada viva el 20 de febrero de 1680.

A partir de este momento comienza el despertar del hombre, y la magia entendida como medio maléfico es sustituida por el desarrollo de prácticas menos cruentas.
En los tiempos modernos siempre se ha analizado el hecho mágico o bajo el perfil etnográfico (vudú, macumba brasileña) o como la exteriorización de procesos inconscientes no resueltos, pero a pesar de ello, se puede decir que a diario nos hallamos envueltos por la magia y la hechicería.

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