Siglo XXI. En una confortable habitación de una casa cualquiera, un estudiante abre un libro de historia sobre el siglo XX por las páginas relativas a la primera explosión en la historia de una bomba atómica: la de Hiroshima, ocurrida el 6 de agosto de 1945. Allí encuentra las imágenes de los aviones responsables de la catástrofe: el Enola Gay y otros cinco B-19. Sorprendentemente, no son panzudos como otros cargueros, sino alargados como langostas y brillantes como un espejo, algo realmente insólito en la aviación militar.
¿Acaso el monje del monasterio griego dibujó aquellos artefactos con la intención de que, llegado el momento, fuera posible identificarlos sin género de duda? ¿Tal vez se estaba produciendo en Hiroshima el Apocalipsis esquematizado por el pintor renacentista?
EL FIN DEL MUNDO, SEGÚN LA TRADICIÓN HINDÚ
"¡Dios, mira cómo sube! "
Éstas fueron las primeras palabras pronunciadas por Rob Caron, artillero de cola del Enola Gay, al ver ascender vertiginosamente el gigantesco hongo gris verdoso tras la explosión de Hiroshima. Little Boy (nombre de la bomba) acababa de estallar. El propio Caron falseó este momento en su diario y la frase pasó a la historia como "Dios mío, ¿qué hemos hecho?".
Pero no sería solamente el militar estadounidense quien, con ocasión del lanzamiento de la primera bomba atómica, pronunció palabras que merecen ser recordadas. El escritor Etienne Perrot proclamó: "El Señor de los Señores ha nacido". Por su parte, el propio "padre de la criatura", Robert Oppenheimer, recitó a propósito de su creación un célebre versículo del Bhagavad Gita: "Si el esplendor de mil soles estallase de golpe en los cielos, sería comparable al resplandor del Gran Ser".
Precisamente, la cosmología hindú señala que el a (equivalente al Apocalipsis bíblico) sobrevendrá "cuando los átomos constitutivos de la materia sean disueltos". "Entonces sólo quedará la energía en su estado puro", añade ésta tradición, refiriéndose no solamente a un eventual holocausto, como el de Hiroshima, sino sobre todo al orden sutil y a su proyección escatológica, algo que, a causa de su ceguera metafísica, los científicos de la década de 1940 no podían ni sospechar.
El general Leslie Groves, jefe del Proyecto Manhattan en el desierto de Los Álamos, que culminó con el lanzamiento de Little Boy, declaró que la explosión `podría producir un cráter en la corteza terrestre de vanos kilómetros de profundidad". ¿Qué naturaleza tenía tanta energía liberada? ¿Fue la inauguración de la era atómica solamente producto de un error de cálculo o había algo más?
GRAVÍSIMA TRANSGRESION
Ya en el siglo IV a.C., como atestiguan Demócrito, Leucipo y Lucrecio, el ser humano sabía que el Universo está formado por átomos. El término, que en griego antiguo significa indivisible, dio nombre incluso a una escuela de pensamiento: los atomistas. Durante siglos nadie tuvo la tentación de manipular el átomo. Pero hace 60 años unos señores decidieron disgregarlo para hacerse con su poder y alzarse así con la victoria en una guerra que, por otro lado, estaba ya ganada. Estrategias bélicas aparte, ¿por qué se cometió en ese preciso momento esta gravísima trasgresión de las leyes cósmicas?
El hombre antiguo no era menos sabio 0 expeditivo que el moderno, pero, al encontrarse más próximo a los orígenes, conservaba un sexto sentido que le señalaba dónde debía poner límite a sus acciones: los griegos lo llamaron nous; los escolásticos medievales, intellectus; los hindúes, buddhi, y los sufíes, rüh.
Se dice que ninguno de los investigadores que intervinieron en el Proyecto Manhattan, incluido Albert Einstein, evaluó cuáles serían las consecuencias de la fisión nuclear y que la devastación de Hiroshima les sorprendió. Si, en lugar del presidente de EE.UU. Franklin Roosevelt, hubiera sido un piel roja quien recibió las cuatro cartas que le envió Einstein a partir de 1939 animándole a fabricar la bomba atómica para frenar a los nazis, se habría quedado horrorizado por las terribles consecuencias que decían desconocer los científicos y los militares de Los Álamos.
Al dividir lo indivisible, el ser humano estaba traspasando los umbrales de la física para adentrarse en regiones metafísicas que no le está permitido visitar. ¿Acaso fue preciso sellar un pacto con las fuerzas oscuras para penetrar en sus dominios?
¿OBRA DEL DIABLO?
Los antiguos sabían lo que sucedería si abrían la caja de Pandora. La física integral no puede disociarse de la metafísica, que es la ciencia de lo absoluto. Dios es el señor de lo absoluto, del ser, de la totalidad y de la unidad, mientras que Satanás es el señor de la nada, de lo relativo, del no-ser y de lo múltiple. El término "diablo" significa "el que separó". Su objetivo consiste en dividir lo que está unido para obtener el no-ser. En este sentido, la sola idea de la bomba atómica ya es pura y profundamente diabólica, pues se basa en la fisión nuclear, la dispersión de neutrones y la reducción a la nada. El propio Oppenheimer se preguntaba ante sus compañeros: "¿Hemos hecho la obra del diablo?". El físico Freeman Dyson comentaría más tarde: "Nadie mejor que Oppenheimer podría encarnar al doctor Fausto. Lo malo es que cuando se pacta con el diablo uno no se puede volver atrás".
En definitiva, ¿fue la bomba atómica una creación diabólica? Algunas cifras, como las que apuntamos en uno de los recuadros que acompañan a este texto, así parecen sugerirlo...
HEISENBERG HEROE O VILLANO
El Físico Alemán Werner Kart Heisenberg dirigió el supuesto proyecto de los nazis para fabricar armas nucleares. En 1941, en plena guerra, viajó para entrevistarse con su colega Niels Bohr. El motivo de su visita ha sido objeto de gran controversia, a lo largo de los últimos sesenta años, inspirando incluso una obra de teatro de notable existo en Copenhague, de Michael Frayn. Pero Bohr no le creyó. Heisenberg sostuvo siempre después que su intención había sido, proponer a Bohr que impulsara la unión de la comunidad científica para transmitir a los gobernantes de todo el mundo la perversidad que suponía fabricar una bomba atómica.
Para demostrar sus buenas intenciones, Heisenberg dibujo en su papel un reactor nuclear de agua pesada y aseguro que se trataba del proyecto en el que realmente estaba trabajando. Pero Bohr no le creyó. Poco después se marcho a EE.UU. para integrase en el proyecto Manhattan y desde allí propagó la idea de que su- en su dia-amigo estaba intentando construir una bomba atómica para la Alemania nazi.
Esta ha sido la versión mayoritariamente aceptada durante todo el tiempo. Pero recientemente el físico Hans Bethe, responsable de la división teórica del Proyecto Manhattan, ha querido poner fin a la polémica en una entrevista concedida a La Stampa... Bethe aclara en el diario italiano que en 1943 Bohr reprodujo de memoria el dibujo que le había mostrado Heisenberg “No hay ninguna duda-revela- se trataba de un reactor nuclear no de una bomba.”
Según la versión de Bethe los escasos conocimientos de Bohr sobre el asunto, unidos el miedo que le causo oír mencionar la posibilidad de construir armas nucleares, provocaron un malentendido que convirtió a Heisenberg en un villano a ojos de la opinión pública, cuando realidad podría haber sido recordado como un pacifista.
Las cifras cantan : Little boy y el numero de la bestia .
666 es el número de la bestia según el Apocalipsis
Si sumamos las 3 cifras que lo componen el resultado es 9 (6+6+6=18; 8+1=9)
Por eso no es de extrañar que la grave trasgresión metafísica, que supuso la fabricación de l BOMBA DE Hiroshima este marcada por 2 números: 6 y 9. He aquí varios ejemplos.
1.- Little boy fue lanzado el 6 de agosto 1945 cuyas fechas suman 6 (6+88+1+9+4+5=33; 3+3=6
2.-Seis aviones Enola Gay y otros cinco B-19 participaron en la operación. Volaron 6 horas hasta llegar al objetivo
El Enola gay alcanzo los 9.600 metros de altura (9+6=15; 1+5=6) para bombardear Hiroshima, aunque lo previsto era hacerlo desde 9.200 metros
El teniente Morris Jeppson, encargado de activar el detonador de la bomba, tenía que esperar 42 segundos (4+26) desde que fue lanzado para hacerlo. Como estaba nervioso y realizo e calculo mentalmente, presionó el botón antes de tiempo. Por ello Little Boy estalló a 600 metros de altura en lugar de los 500 previstos.
Hiroshima desapareció del mapa en 9 segundos. En su lugar, quedó una escombrera de 6 kilómetros de radio, que suponía el 60% de la superficie total de la ciudad.
La explosión provocó la muerte instantánea de 78.000 personas (7+8=15=6) y heridas graves 51.000 = 6.
La segunda Guerra mundial, duro 6 años del 1939 al 1945.
Cuando llevaba 6 años residiendo en EEUU y tenía 60 años, Einstein escribió su primera carta a favor de fabricar la bomba atómica al presidente Rooselvelt. 6 años después, el artefacto desbastó Hiroshima.
Rooselvelt aprobó el proyecto Manhattan el 6 de diciembre de 1941 6+1+2+2++9+4+1= 24 = 6 con un presupuesto inicial de 6000 dolares.
La bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki:
Centuria II, 6
Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades,
Habra dos azotes como nunca vio nada igual,
Hambre, dentro la peste, por el hierro fuera arrojados,
Pedir socorro al gran Dios inmortal.
En agosto de 1947 Estados Unidos lanzó sobre las ciudades portuarias de Hiroshima y Nagasaki 2 bombas atómicas destruyendo casi en su totalidad a estas ciudades. Murieron más de 200.000 personas y hubo más de 500.000 damnificados. Ese día anualmente se lo conmemora para que nunca más ocurra algo igual.
esquinamagica
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