domingo, 6 de febrero de 2011

Terapias de Energia



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La mayoría de las terapias alternativas sostienen que los seres humanos no son sólo materia, sino que se trata de un sistema de energías sutiles que se manifiesta a través de sus aspectos mentales, emocionales, físicos y espirituales. El estado general de equilibrio de dichas energías puede ser abordado desde el punto de vista diagnóstico y recibir tratamiento mediante la aplicación de distintos sistemas que operan sobre dichas radiaciones humanas. Las más recientes teorías de la física subatómica están comenzando a fundamentar la existencia de este campo vibracional que envuelve al cuerpo, aunque aún no existe aparatología suficientemente precisa para realizar las pruebas requeridas, que sustenten científicamente estas afirmaciones.
La medicina del lejano oriente y las enseñanzas vertidas por algunas religiones tradicionales de oriente y occidente admitieron desde tiempos antiguos la existencia de una realidad invisible a los ojos, compuesta por una serie de campos de energía radiante que rodean al cuerpo y le proveen la "chispa" necesaria para dar arranque a todos sus componentes. La energía fluye en el interior del sistema orgánico siendo conducida por los trayectos nerviosos, a los cuales las teorías orientales denominaron "meridianos".
La coincidencia entre la ubicación de los denominados "chakras" de la filosofía hindú y los plexos nerviosos, ubicados a lo largo de la columna vertebral, sugiere que probablemente los "psíquicos" que han declarado verlos, en realidad han visto el "chisporroteo" de un conductor de electricidad, que en determinado momento está realizando una descarga. El salto de un fotón que se aleja de su órbita, emite energía y se trata de energía lumínica. La alta velocidad a la que transcurren estos fenómenos de emisión fotónica es el principal obstáculo que impide la acomodación necesaria por parte del ojo humano.
También destacamos que la "teoría de los chakras" (ruedas, en sánscrito) afirma que cada uno de estos centros sutiles gobierna un área del cuerpo y se relaciona con una particular glándula de secreción endócrina. Al estudiar el sistema nervioso y los ganglios autónomos, podemos establecer la misma relación antes mencionada. Siguiendo el trayecto de los nervios eferentes hasta los órganos y músculos que inervan podemos comprender por qué, al relajar el plexo que los reúne, los órganos que reciben dicha conducción nerviosa optimizan sus capacidades autocurativas.

Estado de salud
El estado de salud depende de la libre circulación de la energía nerviosa. La enfermedad comienza cuando dicha circulación se encuentra bloqueada, en desequilibrio lateral tomando como eje la columna vertebral, o con problemas de distribución entre las distintas áreas que componen el sistema orgánico. Los bloqueos en el flujo de energía pueden estar relacionados con causas físicas tales como una alimentación inadecuada, la ingesta de drogas u otros elementos tóxicos, los traumatismos por accidente, pero también se relacionan con toxinas emocionales tales como la tristeza, el estrés, la angustia, el miedo y el pensamiento negativo en sus distintas facetas.
Los efectos salutíferos de la transmisión de bioenergía no dependen de la creencia en la eficacia del método; no es equiparable a las sanaciones psíquicas, donde la fe es de indudable importancia. En el caso de que la persona receptora sea escéptica, hará falta que se concentre por unos minutos en su propio cuerpo y el operador podrá conducirla a un estado de profunda relajación. Dicho estado puede contribuir a restaurar las conexiones neuronales y conducirla al bienestar; la continuidad y un cierto número de sesiones aseguran la efectividad del tratamiento. Destacamos también que el denominado "efecto placebo", basado en el buen "rapport" establecido entre operador y receptor, aumenta la eficacia del tratamiento. Sin embargo, cuando un operador en bioenergía aplica sus manos sobre los extendidos de tejido en laboratorio y sobre las enzimas aisladas dentro de un tubo de ensayo, parece algo lejano hablar de "efecto placebo" o de fenómenos de sugestión mental.
La aplicación de la bioenergía puede complementar al tratamiento médico convencional, así como a la psicoterapia. Para diferenciar a un operador verdaderamente profesional, podemos guiarnos por las normas de ética clásica. Es poco confiable quien considera que su método es el único que debe aceptar el receptor, expresando que las energías no son compatibles (esto es falso, pues todos compartimos el mismo conjunto de radiaciones; sólo nos distinguen las frecuencias vibratorias). Puede ser muy peligroso aquel que sugiere que se abandone un tratamiento médico, o que inste a la persona a realizar cambios filosóficos o religiosos.
No existen contraindicaciones para los tratamientos de bioenergía. No hay límite de edad ni de condición física o mental. En cualquier situación, toda persona puede beneficiarse con la aplicación de bioenergía.

Lic. Graciela T. Pérez Martínez

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